¿Cómo afectan las emociones a nuestra salud intestinal?

¿Sabías que el cerebro y el intestino están estrechamente conectados, y lo que sucede en uno, afecta al otro? Esa conexión es la llamada eje intestino cerebro. 

¿Por qué la salud emocional y la intestinal están tan unidas?

“El aparato digestivo contiene unas cien millones de neuronas que regulan el tracto intestinal. Estas neuronas controlan el peristaltismo del intestino, la secreción de sustancias digestivas o el flujo sanguíneo en cada parte de nuestro cuerpo”.Esta afirmación de la Dra. Ámila Alani, experta en salud digestiva, nos explica el por qué de la estrecha relación entre intestinal cerebro.

También, especies determinadas de la microbiota intestinal estimulan células endocrinas del intestino, produciendo neurotransmisores como la serotonina, vital en todas las actividades gastrointestinales, y sobretodo en nuestro estado emocional.

Por tanto, podemos considerar nuestro intestino como un “segundo cerebro”. Nuestras emociones  negativas repercutirán sobre nuestra salud intestinal.

Este segundo cerebro del que hablamos, se comunica con el sistema nervioso central a través del nervio vago, una red intrincada de vías nerviosas muy compleja. A esta comunicación se le llama “eje ingestión cerebro”.

El eje intestino cerebro 

Además de saber que está comunicación es bidireccional, es decir, funciona en ambas direcciones, numerosos estudios afirman que la mayoría de “mensajes” que se transmiten son del intestino hacia al cerebro, y no al revés.

Este hecho explica el por qué sentimos cosquilleo en la tripa antes de un suceso que esperamos con ganas, o por qué vamos al baño justo en situaciones en las que estamos nerviosos. Estas situaciones suceden en momentos puntuales, y una vez pasan, las funciones del intestino vuelven a la normalidad.

 

La serotonina, hormona de la felicidad 

Esta hormona, a la que llamamos de la felicidad, se fabrica principalmente en el aparato digestivo. La serotonina es un neurotransmisor ligado a la sensación de calma, relajación y bienestar. La serotonina se libera cuando hay una señal de alimento ingerido.

Muchas, cuando estamos de bajón buscamos todos los dulces de nuestra cocina para aliviarnos. El problema viene porque, como ya hemos hablado, intestino y cerebro están íntimamente ligado. Y para tener una buena salud emocional, debemos ingerir alimentos saludables que nos ayuden a regularnos.

El cerebro humano tiene una exigencia energética muy alta, con requerimientos nutricionales muy especializados, lógicamente esto implica que un buen estado nutricional es muy importante para la salud mental, si la calidad nutritiva de los alimentos que ingerimos es pésima podrá contribuir al desarrollo de alguna patología metal, como puede ser la depresión.

Por otro lado, la falta de algunos nutrientes en la alimentación o una alimentación pobre podría estar asociada con el desarrollo de algunas enfermedades mentales. En personas con distintos tipos de enfermedades mentales se ha encontrado una carencia de los siguientes nutrientes:

  • Ácidos grasos poli insaturados (pescados y aceites de plantas).
  • Minerales como zinc (carnes, granos, legumbres y leche), magnesio (vegetales de hojas verdes, nueces, granos), hierro (carne roja, vegetales de hojas verdes, huevos, algunas frutas).
  • Vitaminas, como distintas vitaminas B (vegetales de hojas verdes y cereales fortificados, lácteos, levadura y granos=. Y vitaminas anti- oxidantes, como la C y la E (frutas y vegetales).

Por tanto, alimentarnos de forma correcta, afectará a muchos ámbitos de nuestro día a día, pero uno de ellos será nuestra salud mental y emocional.

Consulta con un especialista, y aprende a alimentarte de forma consciente y saludable, no solo de forma ocasional cuando queremos perder peso.